Hector De Anda
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Esto es una obra de arte

Por Olivier Debroise Agosto 2002

___Durante muchos años antes de dedicarse de tiempo completo al arte, Héctor de Anda trabajó en el sistema de la moda, esa máquina devoradora de talentos artísticos, estilos , géneros y modelos que muy de vez en cuando devuelve “productos” curados de ambiciones, aunque necesitados de expresiones más independientes. No sabría decir si a tiempo o no ( es lo de menos), pero Héctor de Anda supo tomar el riesgo y abandonar los vértigos de la seducción y dejarse seducir por el vértigo más tentador de la libertad de creación de un mundo del arte competitivo, pero menos regulado que el de la moda. Si hablo aquí de vértigo, es porque Héctor de Anda ha realizado una operación funambulesca que quizá pueda comprenderse como metáfora de su transición de un sistema a otro. El miedo a las alturas se revierte en un proyecto de intervención con el que De Anda busca desestabilizar el mismo espacio publicitario urbano, los espectaculares que penden sobre nuestras cabezas de transeúntes expeditamente seducidos.

 

 

 

Esto es una obra de arte

Hector de anda Esto es una obra de arte

 

Hector de anda Esto es una obra de arte

 

___Filigrana de una ciudad que se reconoce moderna, si no en su infraestructura, en los mensajes visuales que opacan los cielos, la trama urbana y los estilos arquitectónicos, la cultura de los espectaculares se ha desparramado de manera fulminante en las capitales latinoamericanas (y en México, en particular) en gran modo funcionan como simulacro de deseos de un glamour inalcanzable proyectando una segunda (o tercera) ciudad “volada” sobre la real. No es casual, pues, si a Héctor de Anda, quien en su obra pintada más reciente, logró un análisis sobre la forzada ilegibilidad de los mensajes publicitarios sobrepuestos unos a otros en la anarquía de un capitalismo flotante, decida ahora usurpar (y sobretodo , recuperar para el arte) estos espacios que hemos dejado de percibir como “espectaculares”, ya que su misma proliferación los ha vuelto insignificantes, Héctor de Anda se propuso aquí una doble operación: por un lado, desnaturalizar el territorio mismo de la publicidad al interferir con una sola leyenda ( “ Esto es una obra de arte”) que implica su contrario (“Esto ya no es una contaminación visual del espacio público” ), por el otro, la recuperación del cielo intervenido por el artista en esta paráfrasis aérea y equilibrista de Jackson Pollock, va a resignificar el espectacular en una nueva dimensión: Un arte para las masas, como el que soñaba Vladimir Mayakovsky. Cien poemas por una ciudad que olvidó la poesía. Porqué no?